El boom de los estudios culturales aparece como la oportunidad para diferentes instituciones académicas acompañada de una serie de oportunidades para la investigación. Los estudios culturales nacen como la necesidad a opciones y actividades humanas diversas así como un conglomerado de metodologías y posiciones teóricas.
La primera discusión en tanto a los estudios culturales se centra en esclarecer el concepto de cultura propuesto por Raymond Williams: un proceso general de desarrollo intelectual, espiritual y estético; como un modo de vida particular, referido a un pueblo, un periodo o un grupo, así como los trabajos y las actividades intelectuales y artísticas. El concepto agrupa a aspectos y relaciones cotidianas de la realidad social, de tal manera que aparecen en el centro de análisis de los estudios culturales.
Los estudios culturales adoptan una metodología bricolage que a su vez se traduce como una actividad critica multidisciplinar desde una perspectiva teórico-metodológica. Con un carácter analítico de corte descriptivo y contextual como histórico.
Aparecen en torno a la problemática de la sociedad industrial con una visión de incluir a la sociedad en sentido humanista integral de producción en relación con otras formas históricas y sociales. Es decir, en lugares donde se forman discursos en torno a lugares de producción y representación de experiencias que se convierten en lenguaje dinámico que contextualiza.
Los estudios culturales parten de una concepción de interpretar a la sociedad articulando las categorías teóricas como a los documentos que versan la recuperación cultural, convirtiéndose en el texto u objeto de estudio de los mismos con la articulación de discursos que giran sobre las producciones significativas, es decir el ámbito de la reflexión. Entendiéndose al texto o a la textualidad como la fuente de significación y que guía la el reconocimiento de la heterogeneidad de los limites de los heterogéneo y múltiple.
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